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27 Y cualquiera que no toma su propia cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿cuál de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que después de haber puesto los cimientos, y al no poderla terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él

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